lunes, 21 de abril de 2014

Elogio del libro frente a la desinformación de la lectura fácil en internet.

Cuando me preguntan si creo que Internet ayuda al conocimiento general de una materia, sonrío, se que me están "chinchando". ¡Claro que sí!, pero al mismo tiempo nos hace más "leves", menos profundos.

No puede compararse la lectura de un artículo de una página, con la profundidad de un buen libro de 400 páginas.

Creemos estar informados de un saber con la lectura de unas breves lineas en una página web, y olvidamos que no podemos resumir una materia hasta convertirla en un simple decálogo de renglones.

No hace mucho me acerqué al quiosco con la intención de comprar un libro de historia que se vendía conjuntamente con El Mundo. Tengo que agradecer al vendedor que me abriera las ventanas de mi reflexión cuando me dijo que antes de comprar debía conocer al autor. ¿Quien escribió este libro? ¿Que estudios tiene? ¿Es conocedor de la materia?

Si debemos ser críticos con quien escribe un libro, donde además conocemos al autor con nombre y apellidos, debemos ser aun más críticos con la desinformación de las páginas de Internet.

En esta época de consumo desmedido de información, de la levedad de la noticia, del saber rápido y sin contenido, del olvido del libro, del autor efímero, no puedo dejar de patrocinar, indicar y recomendar el artículo de Pérez de Tudela.

Un libro es importante, no es una golosina, el libro nos entrega el saber sin prejuicios, y solo espera que lo leamos.

Un libro no se contiene en un teléfono, un libro nos hace más sabios, más críticos, y más conocedores de nuestra realidad. Un libro, es eso, un libro.

Y no debemos olvidar que un libro es realmente tuyo cuando escribes en él, no dejes de anotar, subrayar, marcar las ideas importantes, los pasajes que te han marcado.

http://www.cesarperezdetudela.com/articulo.asp?id_articulo=45

 

LA ADMINISTRACIÓN DESTRUYE LIBROS.
Nos educamos en la creencia de la importancia del libro. El libro como cuaderno del saber. El libro como descubrimiento de la comunicación, de la confidencia, del secreto  de la vida. ¿Qué seríamos sin libros? ¿Quién trasmite conocimientos, en silencio, cuando lo deseamos? Sin libros nos encontraremos inertes. El libro es el medio que difunde el saber, distribuyendo la inquietud y la curiosidad, característica por la cual el , dejo de ser o simple . Los diarios y las revistas son fuentes de información efimeras, a diferencia del libro bien concebido, aglutinador de conocimientos, que si son adecuados nos ensancharan los horizontes de la conciencia.

El libro se publica para siempre. No es un producto con caducidad. Su destino tiene vocación de permanencia. En las grandes bibliotecas se guardan miles de libros desde hace cientos de años. Las librerias de lance, es decir del libro usado, venden ejemplares recuperándolos nuevamente para la vida y la formacion de tantas otras futuras generaciones. Los autores escriben y conciben para tratar ganar de alguna forma la inmortalidad. “El Principito”, de Saint Exupery fue redescubierto despues de casi cincuenta años en el olvido, que es por otro lado el frecuente destino de muchas de las grandes obras. Pero fue redescubierto por qué estaba, existía el libro en los anaqueles de las bibliotecas y en las viejas librerias. 

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